Cientos de migrantes se encuentran varados en la pequeña localidad chilena de Colchane, en el límite con Bolivia, y miles en la ciudad más p...
Cientos de migrantes se encuentran varados en la pequeña localidad chilena de Colchane, en el límite con Bolivia, y miles en la ciudad más próxima, Iquique, tras ingresar al país por pasos fronterizos clandestinos, una situación que amenaza con colapsar la región.
La mayoría llega desde Venezuela buscando una oportunidad en Chile, pero entre las restricciones sanitarias, la política migratoria y su escasez de recursos económicos quedan atrapados sin poder continuar el viaje por el país.
A Colchane entran un promedio de 150 a 200 personas al día, según datos que maneja el alcalde de esta comuna de poco más de 1.500 habitantes, Javier García, quien alertó de una «avalancha de migrantes irregulares».
El edil teme que con la mejoría del tiempo en estos meses de primavera y del próximo verano austral se produzca una saturación como la de febrero de este año, con cerca de 2.000 personas arribando al lugar de forma irregular.
Cuando los migrantes llegan a Colchane, son alentados por las autoridades a presentarse en la Comisaría para declarar su situación irregular y que de esta manera les puedan hacer un test de antígenos de covid-19 y luego ser trasladados a una estadía en Iquique para hacer una cuarentena.
Pero ese proceso puede demorar días o semanas, por lo que quedan varados en la localidad, copando albergues, plazas y calles, pendientes de que en algún momento el Servicio de Salud de Iquique los traslade a la ciudad, cuando existan cupos en las residencias sanitarias.
Los que deciden no presentarse tratan de ir por su cuenta a Iquique, pero las autoridades han puesto restricciones a los vehículos particulares y buses con el fin de que no los trasladen, contó a Efe Rodolfo Noriega, secretario general de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes en Chile.
EFE
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