Por: José Miguel Lara Desde los inicios del siglo XXI, la participación de los jóvenes en política ha sido foco de discusión en diversos ámb...
Por: José Miguel Lara
Desde los inicios del siglo XXI, la participación de los jóvenes en política ha sido foco de discusión en diversos ámbitos. En este sentido, el análisis de diversos estudios permite afirmar que los jóvenes no participan en política con la misma intensidad con la que lo hacían los jóvenes de generaciones anteriores.
Aquí me gustaría exponer un conjunto de argumentos que quizá sirvan para responder este fenómeno social, especialmente desde el punto de vista venezolano.
En primer lugar, la "Politics" ha cambiado, pero los políticos tradicionales no han sido capaces de asimilarlo, siguen organizándose a través de estructuras altamente burocratistas-jeraquizadas que impiden el acceso de los jóvenes a posiciones importantes en cuanto a la toma de decisiones e imagen comunicacional.
En segundo lugar, los políticos no están comunicando los asuntos que le interesan a la juventud, el debate político sigue girando en torno al tradicional espectro izquierda-derecha, donde la izquierda solicita más igualdad y la derecha exige mayor libertad. Es decir, los políticos tradicionales no han podido advertir que el siglo XXI trajo consigo un nuevo auge de la Política de Identidad y que los jóvenes son los actores principales en esta movida social, ya que son ellos quienes lideran causas como el feminismo, la cultura nacional, el ecologismo y la igualdad de género. De manera que su participación se ha redireccionado hacia organizaciones de la sociedad civil y su activismo sucede a través de iniciativas independientes, las que los alejan de los partidos políticos.
Y en tercer lugar la posmodernidad ha traído significativos cambios culturales y sociales, especialmente para la juventud, dotando de nuevos valores las relaciones personales, caracterizadas ahora por la horizontalidad y la participación directa en la toma de decisiones, así como la búsqueda de resultados a corto plazo. Para este tipo de relaciones son especialmente útiles las nuevas tecnologías de comunicación e información, que muchos políticos en nuestro país no han logrado utilizar con efectividad.
De manera que los jóvenes de hoy, los del planeta del internet, los que cuelgan los mensajes con sus iniciativas en la nube, los que en youtube aprenden matemáticas con "julio profe", los que conocen lugares con los viajes de Luisito comunica o los que construyen su opinión con influencers en redes sociales, salieron del alcance de los políticos tradicionales, esos que convocan a un mitin para leer una tras otra en tono épico las propuestas para la juventud diciendo que "son el futuro de la nación", mientras que a la juventud de hoy le importa es el presente.
En síntesis, los jóvenes viven la política de otra manera a la de los partidos políticos, sus políticos y sus candidatos, lo que conlleva a que les cueste mucho comunicarse con ese segmento de la sociedad.
Pero esta ecuación es simple: Candidato que no logre conectar con los jóvenes es seguramente candidato que pierde, partido político que no despierta entusiasmo juvenil, es partido condenado a decrecer y políticos que no logren representar efectivamente las demandas de la juventud integrarán un sistema político que sufra desafección y deslegitimación.
* José Miguel Lara es Politólogo. Consultor en Comunicación Política digital. Investigador sobre la participación política de la juventud. Diplomado en innovación política para asuntos del Sur. Miembro fundador de Kratos Consultors.
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